sábado, 22 de octubre de 2011
UN POCO DE MI TRABAJO: ”Tricolor TV” (2011)
miércoles, 12 de octubre de 2011
NUEVO PROYECTO: “Oficina 1065” (Octubre 2011)
lunes, 29 de agosto de 2011
EJERCICIO TEATRAL: Yo no soy yo
ACTOR
Me pidieron que trajese preparada
una presentación de 3 minutos.
Podía ser algo que hiciese bien.
Pero no sé bailar, cantar, recitar
ni tocar ningún instrumento.
Además, soy sumamente torpe.
ACTOR
La voy a cagar.
ACTOR
O podía hacer algo que me
guste...que me apasione...que
anhele hacer con todo mi corazón.
Así que pensando y sintiendo,
pensando y sintiendo, pensando y
sintiendo llegué a la conclusión de
que lo que más deseo en este mundo
es "no ser yo".
ACTOR
Definitivamente...¡la voy a cagar!
ACTOR
Y lo voy a hacer sin pujar y con la
puerta abierta. Total, como yo no
soy yo ¡Me importa un carajo!
ACTOR
Hacer pupú. Acto primigenio del ser
humano. Lo más antropológicamente
cotidiano. No es una cosa
cualquiera. Un defecador promedio
pasa más o menos 10 minutos en el
baño al día. Es decir 1 hora y 10
minutos a la semana; 5 horas al mes
y 2 días y medio al año.
ACTOR
Según este calculo, de los 36 años
de mi vida he pasado 3 meses
cagando. Pero como yo voy dos veces
diarias, en realidad han sido 6.
Ese fue el tiempo que se necesitó
para construir la Monumental Plaza
de Toros de Ciudad de México en 1944.
ACTOR
(LEYENDO)
NOTICIA DE SUCESOS: Encontrado
cadáver con 17 disparos en la cara.
Policía descarta suicidio.
ACTOR
Mientras uno esta sentado en el
baño puede hacer de todo. Algunas
cosas son intrascendentes,
inofensivas, casi naturales, como
cortarse las uñas, leer, resolver
un Sudoku o imaginar que lo están
entrevistado en un famoso programa
de televisión. "Desde niño siempre
sentí inclinación por tal o cual
cosa...". Esa frase no falla en una
entrevista: "Desde niño siempre
sentí inclinación....". Sólo se
debe sustituir el complemento de la
oración y ¡Listo!
ACTOR
(LEYENDO)
TAL DÍA COMO HOY: Led Zeppelin
ascendió a la cumbre de la música
ACTOR
mundial con su tema "Escaleras al cielo".
ACTOR
Así cualquiera.
ACTOR
(LEYENDO)
AVISO CLASIFICADO: Se busca estatua
viviente. Empresa garantiza puesto fijo.
ACTOR
Hay otras cosas que perfectamente
se pudieran hacer mientras se
depone...pero serían un
poco...raras...sin tacto diría yo.
Como darle el pésame a un compadre
porque se le murió la mamá...
ACTOR
"Compadre, mi sentido pésame. Sí
vale, me enteré por Lucho. Fuerza
hermano...fuerza y resignación. Si
la vieja iba a estar sufriendo, lo
mejor es que descansara de una vez.
Sí chico...es que el cáncer es una
enfermedad jodida.
ACTOR
O...rezar un rosario....
ACTOR
"Ave María, llena eres de gracia,
el Señor es contigo. Bendita tú eres...
ACTOR
Pero en definitiva, para los que creen que
excretar, defecar, evacuar, deponer
o hacer pupú es un acto pasivo y
aburrido, déjenme decirles que
están muy equivocados. Es una
actividad física, mental y
espiritual llena de emociones,
aventuras y sorpresas.
ACTOR
(ANGUSTIADO)
¡Coño se fue el agua!
ACTOR
(ANGUSTIADO))
¡Coño se acabo el papel!
ACTOR
(ANGUSTIADO))
¡Coño ¿Quién toca el timbre?!
ACTOR
(ANGUSTIADO))
¡Coño, este periódico ya lo había leído!
viernes, 17 de junio de 2011
jueves, 16 de junio de 2011
NUEVO PROYECTO: "El Tarantín de las Mariño", por Fiesta 106.5 FM
viernes, 1 de abril de 2011
NOTICHUSMA INFORMA
Encuesta revela que los venezolanos creen ciegamente en las encuestas.
Hampa con el moño suelto: hombre descuidado dejó su café con leche en la mesa y cuando regresó ya era negrito corto.
Obstetras y enfermeras de la Maternidad Concepción Palacios se la pasan pariendo por falta de insumos médicos.
Sonda espacial de la NASA chocó contra precio de las medicinas. Al parecer no fue una cosa de otro mundo.
Economistas discuten si en los supermercados venezolanos abunda la escasez o escasea la abundancia.
Iniciadas obras de “aguecamentación” en la Autopista Regional del Centro.
Don Loreto denuncia conspiración secreta de sus adversarios para trancarle la cochina durante el torneo de dominó de la Plaza San Martín.
Nuevo escándalo de la maleta: a José Blanco, conocido como “El Negro” lo maleteó la esposa por infiel.
Ama de casa denuncia a su esposo por dejar el baño “radioactivo” todas las mañanas.
Se intensifica el conflicto: huelguistas amenazan con iniciar huelga si no se atienden sus peticiones.
Expertos en cuentos infantiles coinciden en que Pinocho era “un palo e’ muchacho”.
miércoles, 30 de marzo de 2011
UN POCO DE MI TRABAJO: "El Clima no está loco"
viernes, 25 de marzo de 2011
Josefina
Josefina entró a la Maternidad Concepción Palacios, llevando con orgullo su bella barriga a punto de reventar. Sin embargo, su rostro rustico y curtido por el llanto y la tristeza de dos perdidas anteriores revelaban la profunda frustración de la única razón de su adultez: ser madre.
Dos día después, Josefina se dirigió al retén a buscar a su bebe, a quien recibió de manos de un joven enfermero, que en medio de la conversación le comentó que tuviese cuidado, porque los vigilantes, en complicidad con la policía, arrebatan a los recién nacidos de los brazos de sus madres para venderlos en el exterior. Luego de un gesto de entendimiento y aprobación, comenzó a retirarse hacia la salida del centro hospitalario. Caminó lentamente, concentrada en cada paso que daba, calculando cuan cerca estaba de salir de la Maternidad y del peligro de que su hijo fuese arrebatado. De pronto, sintió que la perseguía. Ella apuró el paso.
Inmersa en el panico, Josefina corrió y se escondió en cada uno de los consultorios, salas de parto, baños y cuartos de limpieza. En más de una ocasión fue interceptada por sus persecutores, pero siempre logró escapar. Incluso la historia persecutoria se intensificó, cuando ella comenzó a notar que el bebe no lloraba, que no quería comer y que todo el tiempo estaba dormido.
Arrinconada, por fin, la persecución parecía haber terminado. Josefina en el suelo, sucia, golpeada y sangrante, permanecía de rodillas, incrustada en una esquina de una inmensa sala de espera. Sus persecutores, los policías, el vigilante, el doctor de guardía y una enfermera no sabían que hacer, sólo la veían con expectativa.
Uno de los policías salió del letargo, sacó su pistola, la apuntó y le instó a entregar al niño. Josefina se volteó lentamento y dejó caer al niño. Era un bebe de plástico. Ella nunca supo que sufria de una enfermedad mental conocida como «mal de la madre psicológica».
Perro de quinta
Que buena es la vida de un perro de quinta. No de un perro callejero, de un perro de taller o de un perro pastor del páramo, sino de un auténtico perro de quinta, de raza y con pedigrí.
Para comenzar, un perro de quinta se levanta a la hora que quiere, sin despertador ni obligaciones. Sencillamente porque para él es imposible programar un despertador. Dada la situación, el perro de quinta sólo tiene que dirigirse a la cocina y mirar con esos tiernos ojos cristalinos a la señora de servicio o a la dueña de la casa y desayunar. Luego sólo debe fingir tristeza al ver a los niños irse al colegio o a los dueños partir al trabajo.
Por otro lado, es una ventaja indiscutible en la vida de un perro de quinta no tener que estudiar cinco, o más años, hacer un doctorado, o ganar alguna beca, para demostrar que es inteligente, sólo tiene que agarrar la pelota cuando se la lanzan, encontrar un hueso enterrado por él mismo, o, en el más exigente de los casos, evitar cagarse dentro de la casa.
Además no hay nada más simpático y bonachón, que un perro de quinta. Todos los quieren acariciar, cargar y alimentar con chucherías a escondidas de sus dueños. Las viejitas no les tienen miedo ni sus dueños les ponen bozal, y por lo general terminan siendo protagonistas de cuñas de papel “tuale”, hecho paradójico, considerando que los perros no se limpian después de hacer pupú.
En fin, que buena es la vida de un perro de quinta. Lo único malo es que no tienen pulgares.
Se enfrió la relación
El viejo conserje español veía cómo una pareja discutía airadamente en la puerta del edificio. María Eugenia le reclamaba su actitud indiferente, su escasez de detalles y su falta de pasión; trataba de hacerle entender que la relación se había enfriado definitivamente. David, la sujetaba fuertemente por las manos, mientras le respondía que era ella la distante, con sus excesivos horarios de trabajo, su sueño destructor de intimidad y sus celos infundados,. Sí, tenía razón: la relación se había enfriado definitivamente.
La mujer no aguantó más y le gritó al conserje que detuviera un taxi. El conserje corrió a la acera y lo hizo. Ella abandonó la entrada del edificio y él la siguió suplicando bajo el presagio de la ruptura. En ese preciso instante María Eugenia, David y el viejo conserje español no pudieron evitar ver un espectáculo único, no sólo por su naturaleza, sino por el momento y el lugar en el que se presentó.
Desde el final de la calle se acercaban dos heladeros, cada uno con su carrito. Él hombre con su Tío Rico, la mujer con su Efe, jugaban a chocarse mientras reían y se decían cosas ininteligibles, pero olorosas a primerizo amor. Entre choque y choque, los alegres heladeros rozaban sus manos, sus cachetes y sus caderas. Pero justo cuando pasaban frente a la pareja, el taxista y el conserje, los amantes soltaron sus carritos, se entrelazaron con fuerza y comenzaron a besarse apasionadamente, con el deseo propio del preludio de una sudorosa relación sexual. No pararon los besos, y las caricias se hicieron cada vez más profundas y eternas para los heladeros, la pareja, el taxista y el conserje.
La mujer abordó el taxi y se fue para siempre. El hombre se devolvió al edificio y comenzó de nuevo. Ambos entendieron que la relación se había enfriado definitivamente. El conserje corrió a buscar a su Lolita. Esa noche le hizo el amor.
De los usos sexuales de un par de medias
Susana, no seas tan dominante, que un día ese tipo te va a dejar. Eso me advertía mi hermana cuando le decía al mequetrefe de Julián sus cuantas verdades. Pobre enano. Debía darse con una piedra en los dientes de alguna vez tenerme a su lado y agradecerme hasta el infinito que jamás le había montado los cachos. Sí, reconozco que a veces me excedí de sincera. Pero los insultos y las bofetadas eran por su bien, para que reaccionara. Su insignificancia como hombre me producía una sensación de perder mi tiempo con él, en lugar de estar con otros hombres de verdad.
Por eso me sorprendió mucho la noche que se apareció en mi casa la fulana Martha. Nunca mencionada por el bobo atómico, ni sus amigos, tan infames y nulos también. Era bajita, pero recia. Con un exagerado cabello castaño y una voz penetrante, que más bien era una ráfaga de viento ronco que golpeaba mi rostro, entró sin autorización en la sala y se sentó en el sofá. Seré breve, quiero que dejes a Julián. Él me ama, y queremos ser felices sin ti. Esas fueron sus palabras. ¿Amarte a ti? ¿Vivir sin mi? Imposible. Moriría como un pez fuera del agua. Eso pensé mientras me sentaba a su lado, y comencé a reír con ironía. Mira, muchacha loca, ni lo dejo ni me deja. Así que puedes irte por donde viniste, sino quieres tener un problema conmigo. La amenacé, con más temor que convicción.
Sin ni siquiera dejarme saborear la advertencia, Martha se levantó y comenzó a apretar con fuerza mi cuello, mientras sus ojos se salían de la cara y penetraban mi mirada sorprendida y sin aire. El impulso nos llevó hasta el borde de mi escritorio, donde con mucho esfuerzo y casi asfixiada pude agarrar un bolígrafo y clavarlo en su pecho, exactamente en el lado del corazón. Martha quedó paralizada, soltó mi cuello y bajo la cabeza lentamente hacía su seno izquierdo, de donde brotaba un pedazo de tela blanco. Era una medía enrollada, que simulaba su feminidad. Luego, dando un par de paso atrás, se quitó la peluca y se restregó el maquillaje con el sudor. Era Julián, como siempre, sin valor suficiente para defenderse a si mismo.