lunes, 5 de septiembre de 2016

¡Lo siento, Willyerson! (El naufrago)





EXT. ISLA DESIERTA - DÍA

Al ritmo del melancólico tema Cast Away, el NAUFRAGO, se arrastra por la arena, resoplando y chorreando agua de mar. Sus movimientos son torpes e incómodos debido a un salvavidas infantil que lleva en la cintura y que, con rabia, se quita de encima y lanza muy lejos.

Nervioso y aún mojado, el hombre recorre la isla con unas húmedas cajas con sellos de IPOSTEL bajo sus brazos. Su mirada ansiosa se mueve en todas las direcciones, clamando auxilio. Pero es inútil, lo único que encuentra a su alrededor es el amplio y profundo océano que se pierde en el horizonte.

NAUFRAGO ¡¿Alguien me oye?!

INT. ISLA DESIERTA: CUEVA - NOCHE

Acostado en el suelo y notoriamente maltratado por el tiempo que ya ha pasado en la isla, el naufrago enciende y apaga una linterna que ilumina un inmenso y colorido portarretrato, el cual luce el rostro de su esposa con cara de desconfianza.


INT. COCINA - DÍA (FLASHBACK)

Alegre, KELLY redondea una arepa entre sus manos. Al ver llegar al naufrago, recién bañado y con su maletín de trabajo, se limpia las manos en el delantal, lo besa y le sirve un café.

KELLY

Bueno días, mi cielo...

Complacido, el naufrago toma café, cuando es sorprendido por un regalo que la esposa le entrega. El naufrago rompe el papel y descubre un inmenso y colorido portarretrato de su esposa. Incómodo sonríe en señal de agradecimiento.

KELLY
(con ironía)
Ponlo en tu escritorio... donde todas tus compañeritas de trabajo lo vean...


EXT. ISLA DESIERTA - DÍA

El naufrago, profundamente desaliñado por el tiempo en la isla, y únicamente tapado por un improvisado taparrabo, toma el sol sobre unas hojas de palma, acompañado por WLLYERSON, una pelota de baloncesto con un rostro dibujado con sangre. Ambos beben agua de coco.

NAUFRAGO Willyerson...Willyerson...

(intrigado por la falta de respuesta) ¿Qué pasa? ¿Te quedaste dormido? Bueno... (suspira buscando relajar el cuerpo) Nunca nos van a encontrar aquí...

De pronto, tan molesta como empapada, la ESPOSA interrumpe la tranquilidad del naufrago. La escafandra de buceo y las chapaletas entorpecen sus movimientos.

KELLY

¡Con que aquí estás, Chuck Noland!

NAUFRAGO (sorprendido)
¡Kelly!

KELLY (ofendida)

¿Cómo me haces esto, chico? Te he busqué en la jefatura, en los hospitales y hasta en la morgue...
Y resulta que tú estás aquí echadote en la playa.

NAUFRAGO

Mi vida, estoy naufra..

KELLY

No me vengas con tus excusas baratas. ¿Qué te cuesta llamarme por teléfono y avisarme? ¿Ah? ¿Ah? ¿Es que acaso me vas a decir que aquí no hay un cochino teléfono público? ¿O un cybercafé?

NAUFRAGO (muestra su celular que chorrea agua)
Amor, el avión cayó al mar y yo...

KELLY            (comienza a llorar)
Eres un desconsiderado, vale...
Tú pasándola bien quien sabe con

quien...

NAUFRAGO

No, mi corazón. Esto es una isla desierta en el Oceáno Pacífico. (señalando a la pelota de baloncesto) El es mi único amigo. Se llama Willyerson.

KELLY

(pasando del llanto a la ira en un instante)

¡Ah! ¡Con que esa la razón! ¡Tu amigote! ¿Prefieres estar con él que conmigo, ah?

NAUFRAGO

No, mi reina, es una pelota, yo no tenía con quien...

KELLY

¿Sabes cómo es la cosa, Chuck Noland? Que esto no se queda así.

Iracunda, la esposa comienza a buscar ramas y hojas secas en el suelo.

NAUFRAGO (confundido)
¿Qué haces, mi cielo?

KELLY

¡Mi cielo, nada! ¡Voy a quemar esta isla de perdición, donde te reúnes con tu amiguito a emborracharte y a hablar mal de mi...

Descontrolada por la rabia, la mujer coloca las ramas en el piso y gira sobre ellas un rama tratando de hacer fuego como en la prehistoria.

NAUFRAGO

Yo llevo días intentándolo. Eso no sir...

KELLY (interrumpe)

Tú eras un buen hombre, Chuck. ¡Hasta que te juntaste con este tipo!

NAUFRAGO

No es una persona, es una pelot...


KELLY (interrumpe)

¡Tendrás que decidir! ¿O él... o yo?

NAUFRAGO

No hace falta...

KELLY (interrumpe)

¡Ya hable! ¿El te va a hacer la arepa en la mañana? ¿Te va a cortar las uñas de los pies los domingos? ¿Te va a hacer cariñitos los viernes en la noche? ¿Ah?

NAUFRAGO

Pero, si es solo una...

KELLY (interrumpe)
¡Entonces, decide de una vez!

Cansado de discutir, el naufrago toma la pelota de baloncesto. Trata de mostrársela, pero la mujer se niega.

NAUFRAGO

¿No ves que es solo una...?

KELLY (interrumpe)
¡Dile adiós!

Confundido, el naufrago habla con la pelota sin quitar la vista de su esposa.

NAUFRAGO

¡Adios, Willyerson!

El naufrago lanza la pelota hacia el mar. La vista sigue el recorrido de la pelota que se aleja en el mar. La mujer se sacude la manos en señal de soberbia.

KELLY             ¿Nos vamos a la casa?

NAUFRAGO

Sí, mi vida.

Naufrago y esposa se toman de la mano, corren hacia el mar y se zambullen para abandonar la isla.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

lunes, 11 de abril de 2016

EL HUEVO Y LA GALLINA



Anoche estaba haciendo una tortilla. Mayor fue mi sorpresa cuando al romper el huevo salió una gallina.


El animal brincaba de un lugar a otro, dándome picotazos para que no la atrapara. Si no podría comer tortilla, al menos comería un buen caldo de gallina.

De la mesa de la cocina voló a medias hasta el lavandero y chocó contra la ventana que estaba cerrada. Allí, la acorralé, pero batiendo las alas y haciendo un ruido terrorífico se escurrió entre mis dedos. Como pudo llegó a la sala, donde ya no volaba, pero sí corría. Y yo tras ella, jadeando rabia y sudando impotencia.

Finalmente, la gallina se rindió, dejándose caer sobre el sofá. Me acerqué con delicadeza, paso a paso, mientras ella se enterraba en uno de los cojines de mueble.

La gallina no opuso resistencia. Se entregó con dignidad a mis manos ansiosas. Y mayor fue mi sorpresa cuando me di cuenta que había puesto un huevo. Si no podría comer un caldo de gallina, al menos comería una buena tortilla.

Fui a la cocina y con emoción rompí el huevo… del cual salió una gallina.

lunes, 28 de marzo de 2016

EL BIGOTE MÁS GRANDE DE CARACAS




Luis Oquendo, un cocinero de 32 años, oriundo de Caricuao, se ganó el primer premio en el certamen "El bigote más grande de Caracas", celebrado el 27 de marzo de 2016, en el Teatro Teresa Carreño. El galardón fue entregado por el sonero del mundo, Oscar D´León, quien no sólo es conocido por su talento artístico, sino también por su enorme mostacho.

Para lograr esta distinción, Oquendo se enfrentó con bigotudos de todas las parroquias caraqueñas, a quienes derrotó gracias a un enorme bigote negro que salía desde su nariz y, como un enorme babero, se extendía hasta la altura del ombligo. Al recibir el trofeo, Luis sonrió satisfecho, aunque esto solo se presume, ya que ninguno de los asistentes pudo ver los dientes del ganador.

En sus primeras declaraciones, el ganador aseguró que con este reconocimiento se reivindica de su reciente derrota en el certamen "La sopa más sabrosa de Caracas", donde fue eliminado en primera ronda por el sabor ácido de su preparación.